El sexo oral figura entre las prácticas sexuales preferidas tanto por hombres como por mujeres, sobre todo cuando se actúa como la parte pasiva de la acción. Cuando es la mujer la que recibe el homenaje oral de su pareja, la práctica recibe el nombre de cunnilingus. Cuando lo es el hombre, hablamos de felación.
A la felacion o fellatio se la llama también de forma popular mamada, francés o chupada. Quienes gustan más de la metáfora o quieren jugar o arriesgar en el terreno de la creación pueden hablar de "lamer el chupa-chups", "engullir la pescadilla", "tragarse el humo" o, incluso, "montar la clara a punto de nieve. En algún lugar hemos llegado a leer que los antiguos romanos llamaban a esta práctica sexual "tomar un hombre en forma líquida".
En cualquier caso, se la llame de forma más científica, más popular o echando mano de la inventiva y la imaginación, lo que importa es lo que da respuesta a la pregunta: ¿qué es una felación?
La felación es la práctica sexual consistente en la estimulación del pene de forma oral, con la lengua y los labios. Muy estimulante y placentera, a continuación vamos a dar una serie de consejos sobre cómo hacer una felación.
Preparativos para una buena felación
Las felaciones tienen su propio arte y sus normas no escritas. Podemos pensar que hacer una mamada es algo muy sencillo. Que basta con meterse el pene en la boca y subir y bajar sobre su eje. O que basta con lamerlo con la lengua como si fuera un helado.
No hay duda de que tanto en un caso como en el otro el hombre experimentará placer y, con toda probabilidad, acabará eyaculandop. No en vano, el falo figura entre las zonas erógenas principales del cuerpo masculino.
Cualquier estimulación del pene acostumbra a ser fuente de placer, pero siempre se ha dicho que hay maneras y maneras de hacer las cosas y el acto de la fellatio no es, en ese sentido, una excepción. Quien desee ilustrarse sobre cómo hacer una buena felación debe seguir una serie consejos.
El primero de ellos consiste en recordar algo que deberíamos tener siempre presente a la hora de gozar del sexo. Ese algo es que las prisas no le sientan bien al placer sexual. Es cierto que el rapidito o polvo rápido tiene su encanto por lo que tiene de pasional y de desahogo instantáneo y explosivo, pero en el sexo el camino es tan importante como el destino. Y en la felación aún lo es más.
Para llegar a un orgasmo más intenso es fundamental que la excitación se vaya incrementando poco a poco. Los labios, la lengua, también las manos, deben servir para ir estimulando otras partes del cuerpo antes de que la boca llegue a la zona genital y, por tanto, al pene. Aunque éste sea el destino final no hace falta metérselo en la boca de buenas a primeras. La estimulación progresiva de orejas, cuello, pecho, muslos o ingles servirá para elevar la temperatura y la excitación.
¿Cómo hacer una buena mamada?
Una vez se haya llegado a la zona genital hay que recordar que el glande es la parte más erógena y sensible del pene y, en especial, la zona que rodea al frenillo.
¿Qué queremos decir con eso? Que la estimulación oral tanto del glande como del área del frenillo resulta muy excitante y placentera para el hombre y que de su correcta estimulación depende el que podamos hablar o no de una buena mamada.Esto no quiere decir que debamos dejar de lado la estimulación con labios y lengua de otras partes de los genitales masculinos. Lamer, besar, mordisquear con suavidad el tronco del pene puede resultar también muy estimulante para el hombre. Al igual que resulta muy excitante, y en demasiadas ocasiones se olvidan, el masajeo con lengua y labios de los testículos. Metérselos en la boca o chuparlos es una excelente manera de subir la temperatura sexual unos cuantos grados.
Otra excelente forma de incrementar la calidad de la felación es contar con la ayuda de un buen lubricante. Con un buen lubricante íntimo todo se desliza mejor. También la boca y, por supuesto, también los labios y la lengua.
Una vez el pene esté al alcance de la boca, la mejor opción es besar suavemente el glande, así como el tronco y los testículos. Mientras se hace esto se puede coger el pene con la mano y realizar el típico movimiento masturbatorio de subir y bajar.
Como hemos indicado anteriormente, tanto como el fin (el orgasmo) importa el camino a recorrer hasta llegar a él. Por eso hay que modular tanto la intensidad como el ritmo de la estimulación del pene.
Tras los besos llega la hora de lamer tanto el glande como el resto del miembro viril realizando movimiento circulares, horizontales y verticales.
Otra de las cosas que puede hacerse (y que suele hacerse) al llegar a este punto es introducirse el pene en la boca y succionar con los labios. Una buena mamada no es lo mismo si no se produce este efecto succión procurando en todo momento no herir con los dientes esta parte tan sensible de la anatomía masculina.
Éstos serían, básicamente, los pasos que debería tener presente toda persona que se pregunte cómo hacer una buena mamada. Pero hay una serie de acciones o prácticas que pueden servir para convertir una buena fellatio en una auténtica obra de arte del sexo oral. De dichas prácticas os vamos a hablar en el siguiente apartado.
¿Cómo hacer más placentera una felación?
Entre las prácticas que pueden servir para hacer más estimulante y placentera una fellatio podemos encontrar las siguientes:
- Estimular la zona del perineo (situada entre testículos y ano), así como el ano propiamente dicho, de una forma suave y, en especial, cuando se esté llegando al orgasmo.
- Estimular el punto P. Para los hombres sin tabúes, la estimulación prostática (que se realizar introduciendo un dedo o un juguete sexual especialmente diseñado para tal fin en el ano) es fuente de mucho placer. Hacer una felación a un hombre al tiempo que se le estimula la próstata conduce a un orgasmo más intenso y, habitualmente, a una eyaculación más copiosa.
- Que quien realice la mamada mire a los ojos a quien la está gozando. Si quien hace la mamada es una chica también puede resultar muy excitante el colocar el pene lubricado entre los pechos y masturbarlo con ellos.
- Realizar una garganta profunda. Esta práctica sólo se recomienda (en principio) a las personas entrenadas en el arte de hacer felaciones. La garganta profunda puede ser una buena manera de llevar la mamada hasta el extremo, aunque no es necesario recurrir a dicha técnica para hacer de una felación una auténtica gozada.
Una buena forma de experimentar con esta práctica sexual es cambiar de postura. Son muchas las posturas que pueden servir para dar otro aire a una mamada. Una muy popular es el 69, una postura erótica en la que las dos personas que la practicas son, al mismo tiempo, activas y pasivas en esta práctica de sexo oral. Si la realizan dos hombres consistirá en una doble felación. Si la practican chico y chica, se hará una felación y un cunnilingus.
Más allá de con la postura también puede experimentarse con las vibraciones (utilizando un anillo vibrador) o la temperatura (jugando con hielo o con lubricantes con efectos.
Finalmente, vamos a dar un consejo que tiene que ver con lo que se conoce como "sexo seguro". Una fellatio sin protección tiene sus riesgos, en especial si finaliza ingiriéndose el semen. Para minimizarlos y evitar el posible contagio de una ETS lo mejor es siempre (en especial cuando se mantienen relaciones sexuales con una pareja no estable) utilizar un preservativo. Los condones con sabor son, en este caso, muy recomendados.
Mucha gente considera esta práctica una especie de simmple calentamiento precoital. Nosotros creemos que los placeres que pueden derivarse de ella son tan intensos (si se practica bien y explotando todas sus posibilidades) que no se precisa de la existencia de una penetración vaginal o anal para darle sentido y convertirla en una experiencia muy pero que muy placentera.