Seguimos con la serie de artículos dedicados a los clubs de intercambio y en esta ocasión trataremos las normas con que se rigen estos locales liberales. Entre las normas más imperativas y rígidas de un club swinger figuran las que tienen que ver con la higiene y, por supuesto, aquellas que hacen referencia al respeto al otro. El respeto hacia los demás es de absoluta exigencia en el interior de un club de intercambio de parejas. Y ese respeto implica asumir la premisa de que no es no. ¿Qué queremos decir con ello? Que todo rechazo debe ser asumido y aceptado de inmediato. Sin dilación alguna, quien ha lanzado una propuesta de mantener una relación sexual y dicha propuesta ha sido rechazada debe asumir ese rechazo y aceptar, como no podría ser de otro modo, que nadie está obligado a mantener relaciones sexuales si no lo desea por mucho que se encuentre en un local que parece haber sido creado para ello.
El club de intercambio puede ser el templo del morbo y, si se desea, de la lujuria más desatada; pero es, sobre todo, el templo de la libertad. Y esa libertad solo puede ser preservada si se cumplen estrictamente las normas del club swinger. Así, una pareja puede ir al club solo a tomar una copa. Estar ahí, en el club de intercambio, le puede servir a esta pareja para fantasear, para establecer contacto con otras parejas, para engrasar la maquinaria de la imaginación y, finalmente, para insuflar nuevos aires a su relación.
Dentro del club swinger, cada pareja llegará hasta el límite que desee llegar, pero lo hará, siempre, teniendo en cuenta una norma que, aunque no escrita, es una de las más fundamentales y sobre la que se sostiene la que podríamos llamar filosofía swinger. Esa norma no escrita es la que hacer referencia a la prohibición de romper otras parejas. Los clubs de intercambio deben ser un lugar seguro para las parejas. Ninguna otra tiene derecho a invadir las zonas emocionales propias de la pareja. Prestar a mi pareja o que tú me prestes a la tuya para que gocéis y gocemos sexualmente no debe servir en caso alguno para que tu pareja o la mía se rompan por ello. Si una de las dos lo hace o las dos lo hacemos, ni vosotros ni nosotros hemos guardado fidelidad a las reglas de la filosofía swinger. Al club de intercambio se acude, quizás, a dar y recibir placer sexual, a vivir una intensa y excitante experiencia sexual, nunca a buscar ni proporcionar apoyo emocional.
Otra de las normas fundamentales y de exigible cumplimiento en un club de intercambio es la que tiene que ver con la seguridad a la hora de mantener relaciones sexuales. El sexo, en un club swinger, debe ser siempre seguro. Por eso no se acostumbra a permitir el acceso a ellos de personas que estén visiblemente embriagadas o que, de manera perceptible, se hallen bajo los efectos de algún tipo de droga. Por eso también debe ser imperativo, dentro de ellos, el uso de preservativos. El condón, el humilde condón, el barato condón, es siempre la mejor barrera para evitar la transmisión de ETS en un lugar en el que, por definición, impera la promiscuidad. Así, quien acude a un club de intercambio de pareja debe tener siempre presente que el condón es su mejor amigo.
Si te está gustando la idea del club de intercambio y tienes tentaciones de probarlo, aquí van dos sugerencias más de clubs swingers en Madrid:
Pub Triángulo
Pub triángulo es un club liberal en Madrid, donde hacen gran variedad de fiestas y encuentros sexuales entre desconocidos. Un sitio idóneo para parejas o personas solitarias que desean disfrutar de su sexualidad sin tabús. Todas sus estancias son amplias y confortable, puedes ver películas porno y ofrecen actividades de Bukkake, Gang-bang, tríos y más. Su larga experiencia como club liberal les permite ofrecer un entorno perfecto para que sus clientes se sientan liberados. Por supuesto tendrás total discreción y respeto.
Cap Madrid
Cap Madrid es otro de los clubs de swingers más recomendados de Madrid. Se trata de un sauna mixta al estilo francés donde se hacen todo tipo de fiestas y entre ellas la de swingers. El precio de la entrada acceso a todas las instalaciones: Hammam, sauna, habitaciones y áreas comunes. El local está dividido en tres áreas, una exclusivamente para parejas, un restaurante y un bar común donde los clientes pueden conocerse entre sí.