Son muchos los lugares propicios para el sexo. El coche, una manta tendida en el campo, una toalla en la playa, una colchoneta inflada y extendida en el interior de una tienda de campaña, los vestidores de un centro comercial, un lavabo público, una habitación de hotel, un cuarto por horas, las instalaciones de un puticlub de carretera, las lujosas habitaciones de alguna agencia de escorts de prestigio... Los lugares en los que se puede echar un polvo pueden ser casi infinitos pero, sin duda, pocos de ellos resultarán tan cómodos y tan íntimos como nuestro propio hogar y nuestra propia cama.
Las profesionales del sexo lo saben y por ello son muchas de ellas las que incluyen el servicio a domicilio entre su listado de servicios. Para el cliente de una escort de lujo, desplazarse en una ciudad como Madrid puede resultar engorroso tanto si ese desplazamiento se realiza en vehículo privado como si se hace en un taxi o en cualquier tipo de transporte público.
Para empezar, desplazarse en el propio vehículo para citarse con una puta en Madrid implica lidiar, primero, con el tráfico a menudo caótico de la ciudad y, después, con el desespero en que puede convertirse la búsqueda de una plaza de aparcamiento en la que dejar el coche mientras se disfruta de la compañía de la lumi contratada. Y eso no siempre resulta sencillo en un lugar como Madrid y, en el mayoría de los casos, puede resultar sumamente estresante. Y la del estrés, qué duda cabe, no es la mejor sensación que un hombre puede llevar sobre los hombros a la hora de disfrutar de una sesión de sexo del bueno.
Por eso son muchos los hombres que, a la hora de contratar los servicios de una chica de compañía, eligen a aquélla que, además de ajustarse al perfil deseado por ellos, ofrece la posibilidad de prestar sus servicios a domicilio. Las putas a domicilio en Madrid ofrecen a sus clientes ese plus de exclusividad que implica el poder follar en la propia casa sin tener que desplazarse en coche, taxi, uber o transporte público.
La tranquilidad de follar en la propia casa
Para que una relación de sexo de pago funcione y la experiencia resulte plenamente satisfactoria para el cliente de una escort es imprescindible que éste se encuentre completamente a gusto y relajado, pendiente tan solo del mismo acto sexual y de su desarrollo. Y ningún lugar proporciona esa sensación como el propio hogar.
Contratar a una escort con salidas a domicilio en Madrid permite al cliente gozar de esa tranquilidad que proporciona el saberse en un terreno conocido y, sobre todo, íntimo. El caballero que requiere los servicios de una lumi y acude al apartamento privado de la misma puede sentirse inquieto al pensar cómo será ese apartamento, qué nivel de lujo y comodidad tendrá y, sobre todo, si estando en él se sentirá verdaderamente a solas con la chica contratada o intuirá la presencia de alguien más en el piso en el que la chica lo haya citado. El hasta qué punto el hombre sea o no desconfiado determinará el nivel de inquietud que pueda experimentar en una situación así y, por supuesto, hasta qué punto podrá disfrutar de un polvo en el apartamento privado de la lumi contratada.
Ese mismo sentimiento de inquietud o uno muy semejante puede ser experimentado por quien acude a una agencia de escorts para gozar de los servicios de una prostituta de lujo. Aunque las agencias garantizan la máxima privacidad y los clientes pueden contar con el aval de sentirse a salvo de miradas indiscretas, no deja de ser comprensible que determinados clientes puedan experimentar la inquietud de ser descubiertos o, cuanto menos, la desazón de tener que moverse y gozar de un acto íntimo como es el de follar en un territorio desconocido. Y ese sentimiento de inquietud o, incluso, de desconfianza, no es, desde luego, el más propicio a la hora de gozar de una experiencia sexual.
Por eso son muchos los hombres que, viviendo en Madrid y llegada la hora de follar pagando, prefieren hacerlo con una prostituta de lujo a domicilio en Madrid. En su propia casa, el hombre se siente seguro y, sintiéndose así, disfruta mucho más de la exclusiva experiencia de follar con una puta de lujo. En su propio dormitorio, en el mismo sofá en el que a diario ve la televisión o en la misma ducha en el que cada mañana se deja acariciar por el agua que resbala por su cuerpo, el hombre que contrata a una puta a domicilio en Madrid puede gozar con absoluta tranquilidad de los encantos de ésta.
Experiencia GFE a domicilio
Para los hombres que viven solos y que no comparten su piso con nadie, contratar a una chica de compañía que te venga a casa es una buena manera de disfrutar de los exclusivos servicios de la misma. Un servicio GFE, por ejemplo, en el que la chica contratada se comporta como si fuera una verdadera novia, resulta mucho más efectivo y más creíble y excitante cuando se presta en el domicilio del cliente que cuando se realiza en el espacio mucho más "frío" de las instalaciones de una agencia de escorts o en el desangelado ambiente de una habitación de hotel, por lujosa que ésta sea. En su propia casa, el hombre que contrata a una escort de lujo a domicilio en Madrid puede experimentar la ficticia pero excitante sensación de haber llevado a ella a su novia.
Y es que el propio domicilio viene a ser para el cliente que contrata a una acompañante sexual una especie de caparazón que lo protege de todo lo que no sea disfrutar de la compañía de esa chica y de todo lo que ella sea capaz de dar como amante de pago. Dentro de ese caparazón, el cliente encuentra la protección emocional y la seguridad física que le permitirá dejar salir de él, llegado el momento de la cita, todo lo que sea capaz de dar como amante. Y eso, sin duda, redundará en la intensidad y en el placer derivado de la experiencia.