Piel bronceada, profunda mirada, dulce sonrisa... Podría destacar algunos encantos físicos más, pero creo que mis fotos hablan por sí solas. Prefiero hablar de lo que en la foto no puede constatarse. Por ejemplo: de mi forma de ser cariñosa y atenta. De mi discreción cuando la ocasión lo requiere. De mi espíritu aventurero y juguetón. De lo difícil que resulta aburrirse cuando yo estoy al lado. Me llamo Paulina, soy venezolana y soy ese tipo de chica que convierte en inolvidable cualquier tiempo compartido. Se me da muy bien hacer amigos y mucho más conseguir que, una vez iniciada la amistad, los lazos que la anudan no dejen de estrecharse. Tanto, que después se hace muy difícil no volver junto a mí.